En estos días de incertidumbre política hay una asunto en el que todos están de acuerdo: hacer falta un Pacto de Estado de la Energía que establezca las líneas maestras a seguir de ahora en adelante. España necesita un sistema energético eficiente. Las discrepancias llegan a la hora de abordar ese futuro. Para Pedro Sánchez, candidato socialista a la presidencia del gobierno, ese pacto pasa por “no permitir el fracking en nuestro país” y con ello prohibir la exploración de hidrocarburos. Y según ha dicho es de vital importancia hacerlo cuanto antes.
“¿Por qué tenemos que esperar meses para aprobar esto la próxima semana? ¿Por qué tenemos que ver sujetos al gobierno de España cuando podemos aprobar estas medidas ¿Por qué tenemos que ver sujeto al gobierno de España a la parálisis cuando podemos aprobar estas medidas de prohibir el fracking en una semana o de cerrar las centrales nucleares cuando cumplan los 40 años de vida útil? “
¿Por qué tanta prisa por prohibir el fracking? ¿Y si en España hubiera gas natural y petróleo no convencional? ¿Y si por primera vez hubiera una posibilidad real de superar el lastre de la dependencia energética?
Parece que los actuales precios del petróleo han hecho olvidar la realidad energética de nuestro país: importamos prácticamente el cien por cien de los hidrocarburos que consumimos, lo que supone una factura de cien millones de euros cada día.
“Prohibir el fracking per se o prohibir la exploración no tiene mucho sentido en un país que tiene una fuerte demanda de hidrocarburos. Consumimos del orden de 1,2 millones de barriles al día. Creemos que España es un país que todavía tiene oportunidades exploratorias y es una pena que no se permita ni siquiera conocer cuál es el potencial de hidrocarburos del país”, asegura Jorge Navarro, portavoz de la Asociación de geólogos y geofísicos españoles del petróleo (AGGEP).
Un informe realizado en 2014 por la consultora de geología y geofísica Gessal, apunta que bajo nuestro subsuelo disponemos de suficiente gas natural como para abastecer la demanda española de los próximos 90 años al ritmo de consumo actual. Pero para corroborar estos datos es imprescindible explorar.
Para Ángel Cámara, decano del Colegio de Ingenieros de Minas del Centro de España, prohibir el fracking es una postura radical contra el conocimiento. “El hecho de negar la investigación de un recurso la verdad es que no tiene ningún sentido. Incluso por el propio conocimiento de la geología del país el hecho de hacer una investigación geológica siempre es bueno”.
Según Jorge Navarro pocos países han renunciado voluntariamente a explorar su subsuelo. “Lo que hay que hacer es conocer lo que tenemos… Se debe regular y mirar caso a caso. Habrá casos en que haga falta la fractura hidráulica y como se ha venido demostrando en otros países es una técnica como otra cualquiera”
“Yo tengo la esperanza de que se consiga llegar a una situación lógica”, añade Ángel Cámara. “La gran duda que tenemos todos es si finalmente las empresas terminarán tirando la toalla y marchándose a otro sitio. Es cierto que a esa incertidumbre sobre la situación política del país se suma la situación de los bajos precios de los hidrocarburos que hacen que la exploración no sea prioritaria para muchas compañías. Pero eso es algo temporal, por poco tiempo, al final todas las empresas volverán a sus proyectos de exploración y si el país no pone unas condiciones mínimas para que sea medianamente viable pues finalmente las empresas se marcharán.”